Denuncian privación de agua como castigo a reclusos en prisión cubana de Guanajay.   Al menos 38 presos en la cárcel de máxima seguridad de #Artemisa sufren la falta de acceso a agua potable, según denuncia la activista Anamely Ramos González. Una grave denuncia sobre violaciones a los derechos humanos en el sistema penitenciario cubano ha surgido desde la prisión de máxima seguridad de Guanajay, en la provincia de Artemisa. La activista Anamely Ramos González ha denunciado que al menos 38 reclusos han sido privados de acceso a agua potable como medida de castigo y control. Según la denuncia, difundida a través de las redes sociales de Ramos, las autoridades penitenciarias retiraron a los presos las cubetas que utilizaban para almacenar agua, impidiéndoles satisfacer necesidades básicas como beber, asearse y mantener la higiene de sus celdas.   "Estamos hablando de agua, no de ningún lujo", enfatizó Ramos en su publicación. "Algo sin lo cual simplemente no puedes vivir y que tampoco cuesta producir". La activista calificó la medida como un acto de abuso y un mecanismo de presión ejercido con total impunidad por parte de las autoridades carcelarias.   Esta denuncia se suma a un patrón de reiteradas acusaciones sobre las condiciones inhumanas en las cárceles cubanas. Familiares de reclusos, organizaciones de derechos humanos y exprisioneros han documentado la precariedad de la infraestructura, la falta de higiene, el maltrato por parte de los guardias y la ausencia de garantías procesales. Cuba tiene una de las tasas de encarcelamiento más altas del mundo. Los presos políticos, en particular, son objeto frecuente de amenazas, agresiones y hostigamiento, tanto dentro de la prisión como hacia sus familias.   "El número de muertes dentro de las prisiones ha aumentado en los últimos años. Ya parecen cementerios", alertó Ramos, reflejando la gravedad de la situación.   La activista hizo un llamado a la sociedad civil y a la comunidad internacional a no silenciar estos hechos y a exigir la libertad de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos en las cárceles cubanas. "Lo mínimo que podemos hacer es no dejarlos solos. Denunciar. Apoyar. Acompañar. Y seguir pidiendo su libertad", concluyó.   Esta nueva denuncia pone de relieve la urgente necesidad de una observación internacional independiente en el sistema penitenciario cubano, con el fin de documentar las violaciones a los derechos humanos y exigir rendición de cuentas a las autoridades responsables.   (De la página "Cuba Denuncia)   © LaTijera