Sandro Castro, el nieto del Dictador de Cuba, desfila por primera vez en la Plaza de la Robo-ilusion.   Dicen que Dalia, su abuela lo despertó temprano y le dijo que si iba a la Plaza a limpiar su imágen, le iba a comprar el último carro del que se antojó, que ese sería su regalo de Cumpleaños.   Así que La Vampirach, se desayunó una Cristach y se fue a dar un baño de Carnerach en la Plaza de la Roboilucionach.   Di tú!!!!   © LaTijera