En la víspera del 99 aniversario del natalicio del Satanás de Birán… Los fanáticos de Oskuristán siguen llorando su partida como si fuera ayer.   “¿Por qué tú y no yo?” gritaban en noviembre de 2016, mientras el Demonio de Birán, Fidel Castro, emprendía su viaje final… rumbo al mismísimo infierno.   Al puro estilo norcoreano, las plañideras de la Robo-ilusión lloraban a gritos, algunas en uniforme, otras pintándose la marca de la Bestia en el rostro… y lo más aberrante: marcando a niños en la frente con su nombre, como si de una secta satánica se tratara.   Hoy, en una cola de banco, una anciana suspira: “Con Fidel estábamos mejor”, mientras espera, por enésima vez, cobrar una chequera que “gracias a Fidel” solo alcanza para medio cartón de huevos.   Otra pitonisa desdentada clamaba: “Llévame contigo, Fidel”, mientras dos enfermeras le tomaban la presión en medio del velorio callejero al Sicario en Jefe.   El Síndrome de Estocolmo ha calado tan hondo en la tribu cubana que, si mañana la cúpula dictatorial presentara un doble diciendo que “Fidel resucitó”, el pueblo —desde San Antonio hasta Maisí— olvidaría hambre, apagones y miseria… para gritar con sus últimas fuerzas roboilusionarias: “¡Pa’ lo que sea, Fidel, pa’ lo que sea!”   #Cuba #FidelCastro #Birán #DictaduraCubana #Roboilusión #SíndromeDeEstocolmo #NoticiasCuba #Oskuristán #CastraCracia #PaLoQueSeaFidel #LaTijeraNews   © LaTijera