Deivy Alemán espera en Palmira que EE.UU. le permita reunirse con su esposa y su hija enferma   Palmira, Cienfuegos – La historia de Deivy Alemán ha conmovido a cubanos y estadounidenses por igual. Tras siete años viviendo en Estados Unidos bajo una orden de supervisión migratoria (I-220B), Alemán regresó voluntariamente a Cuba después de recibir una orden de salida, con la esperanza de poder resolver su situación y regresar legalmente.   El motivo de su lucha es profundamente humano: su pequeña hija Keira, de apenas dos años, sufre una cardiopatía congénita que requiere cirugías complejas y un seguimiento médico especializado disponible en territorio estadounidense. Su esposa, ciudadana de EE.UU., permanece en ese país cuidando de la niña, mientras Deivy vive en Palmira, Cienfuegos, esperando una respuesta de las autoridades migratorias para poder regresar y estar junto a su familia.   Pese a que su esposa presentó la petición I-130 para legalizar su estatus y evitar la separación familiar, el proceso fue rechazado por las autoridades de inmigración. La familia denuncia que no se han tenido en cuenta las circunstancias humanitarias ni la condición médica crítica de la menor.   “No quiero que mi hija crezca sin su padre. No quiero que piense que la abandoné. Solo quiero estar con mi familia y apoyarlas en este momento tan difícil”, expresó Alemán antes de salir de EE.UU.   Su caso pone de relieve las tensiones entre la aplicación estricta de la ley migratoria y la consideración de situaciones humanitarias urgentes. Organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes han exigido que se permita el regreso de Deivy a EE.UU. de manera expedita para garantizar el bienestar emocional y médico de su hija.   Mientras tanto, la espera en Palmira continúa. Cada día es una cuenta regresiva para una familia que vive entre el miedo, la incertidumbre y la esperanza de poder reunirse nuevamente.   #DeivyAlemán #ReunificaciónFamiliar #Migración #Palmira #Cienfuegos #Cuba #EEUU #JusticiaMigratoria #LaTijeraNews #Niñez   © LaTijera